El color púrpura

Alice Walker nació el 9 de febrero de 1944, en Georgia, Estados Unidos.

De antepasados cherokees, escoceses e irlandeses, es una de las escritoras más importantes de Estados Unidos, habiendo sido ampliamente galardonada por sus novelas, historias cortas, ensayos y poesías.

Sus escritos son famosos por su profundo conocimiento de la cultura afroamericana y por su soberbio talento a la hora de crear poderosas historias protagonizadas por personajes fuertes con los que la audiencia es capaz de empatizar fácilmente.

Durante su infancia, Walker sufrió un accidente que hizo que se quedase ciega de un ojo. Después de esta desgracia, su madre le regaló una máquina de escribir, permitiéndole escribir en vez de hacer tareas domésticas.

Su madre era una sirvienta y puede ser la figura en la que se inspiró para escribir el personaje de Nettie, la hermana de la protagonista de su novela más famosa, El Color Púrpura.

Pero, al mismo tiempo, la relación de Walker con su padre fue muy conflictiva, especialmente después de que la joven empezara a mostrar interés por la cultura y las actividades intelectuales.

Entre los trabajos posteriores de Walker destacan títulos tales como “El templo de mis amigos”, un ambicioso examen de las tensiones raciales y sexuales existentes en Estados Unidos, publicada en 1989 y “En posesión del secreto de la alegría”, que vio la luz en 1992, entre otras obras.

Respecto a su vida pública, Alice Walker ha trabajado para acabar con la injusticia, la desigualdad y la pobreza, siendo conocida como una importante activista, profesora e intelectual a nivel internacional.

Con más de un millón de copias vendidas, este libro, ambientado en el Sur de Estados Unidos durante la época de entreguerras, cuenta la historia de dos hermanas afroamericanas que tienen que enfrentarse a unas circunstancias vitales hostiles, en un momento histórico en el que ser mujer, pobre y negra te condenaba prácticamente a una vida de desdicha.

Una de esas mujeres es Celie, una joven negra nacida en la pobreza y la segregación que es violada repetidamente por el hombre al que llama padre, para ser después entregada por él a otro hombre igualmente violento que abusa repetidamente de ella.

Gradualmente, Celie descubre el poder y la alegría que emana de su propio espíritu, liberándose así de su pasado y acercándose a aquellas personas que ama. Entre ellas está su hermana Nettie, que es misionera en África.

“El Color Púrpura” es un retrato inolvidable centrado especialmente en Celie y sus amigos, familiares y amantes. Es un relato enormemente apasionado, doloroso e inspirado, que transmite un indómito amor por la vida. Es una historia maravillosamente imaginada y profundamente conmovedora.

Y como se ha indicado anteriormente, ganó premios tan importantes como el National Book Award y el prestigioso premio Pulitzer.

“El Color Púrpura” es una novela clásica, exquisita y extraordinaria a partes iguales.

A pesar de los oscuros temas que trata, es un libro increíblemente positivo en su forma de ver la vida. Es un libro que habla de la persecución pero, al mismo tiempo, también de la redención.

Lo que se describe en él sucede en el momento más duro de la opresión hacia las personas de color, cuando vivir en el Sur de Estados Unidos siendo una mujer negra era terriblemente difícil.

Eso hace que las mujeres fuertes que aparecen en el libro tengan aún más mérito, lo que es un maravilloso añadido extra para el lector.

Su protagonista, Celie, es un personaje que maravilla a cualquier. Ha sufrido todo tipo de abusos sexuales, físicos y verbales, siendo víctima de los peores atropellos que alguien se pueda imaginar. Pero, a pesar de ello, no se ha vuelto cínica ni cruel, sino que su corazón está repleto de amor y de alegría.

Pero no es el único personaje de El Color Púrpura que cautiva por su increíble fuerza y determinación. Nettie, la hermana de Celie y, en la práctica, su única familia, es inteligente y desafiante. Y Sofía es apasionada y orgullosa y devuelve cualquier tipo de violencia que intenten infringir sobre ella.

Es sorprendente e inspirador de este libro la forma en la que se retrata la amistad y las relaciones entre las mujeres, especialmente cuando entra en escena la enigmática Shug, quien ayudó a Celie en su camino hacia su auto-realización.

Cada personaje tiene su propia voz y son muy profundos. Además, no solo hay una gran abundancia de personajes femeninos diversos y complejos, sino que interactúan las unas con las otras y forman una red de apoyo que les ayuda a enfrentarse a un mundo hostil.

Por ejemplo, el personaje central de Celie, ha sufrido ataques y abusos de una naturaleza absolutamente terrible. De hecho, las cartas que Celie dirige a Dios empiezan con una descripción de cómo ha sido violada por su padre y este acto de crueldad por su parte no es un hecho aislado.

Y, tras dejar la casa de su padre, tiene un matrimonio muy infeliz con un hombre que la insulta y la pega de forma constante.

La violencia, el abuso y la injusticia que aparecen en El Color Púrpura rompen el corazón. No existe ningún tipo de perdón ni redención posible para muchas de las cosas horribles que suceden de manera continuada en este libro.

A pesar de tener que lidiar constantemente con todo el machismo que las rodea, estas mujeres responden de formas diferentes y encuentran maneras distintas de sobrevivir y de crecer.

Además, mientras cuenta la historia de Nettie y Celie, de Sofía y Shug, la autora también habla de temas políticos y sociales muy complicados, como son la misoginia, la represión sexual, el colonialismo, las actividades de los misioneros, el racismo, la violencia doméstica y la pobreza.

Estas mujeres luchan contra las limitaciones de origen sexista y racista que se les imponen a lo largo de sus vidas y las superan a su propia manera.

A pesar de las terribles circunstancias en la se vivía en el Sur Profundo de Estados Unidos en los años 30 y 40, “El Color Púrpura” es un libro que transmite una gran alegría de vivir y defiende la libertad, tanto de vida como de espíritu.

Pero es un camino difícil en el que nada está idealizado o se presenta de una forma más bonita para no herir sensibilidades ni romper sueños ingenuos.

Alice Walker tiene muchas cosas interesantes que decir, no solo sobre el racismo y el sexismo, sino también sobre el colonialismo en África, la vida de las mujeres negras que criaban a los hijos de las mujeres blancas, la religión y la espiritualidad. Y también envía un mensaje positivo a la gente de todo el mundo, diciendo que:

Tanto los hombres como las mujeres pueden definir sus propios roles.

La escritura es soberbia y cambia a medida que los personajes crecen y maduran.

Quizá, incluso, a medida que avances en su lectura, te preguntarás si Shug podría ser considerada como un estereotipo bifóbico según la ideología actual, porque es probablemente el personaje más abiertamente sexual del libro.

Sin embargo, esta es solo una más de las muchas preguntas y reflexiones que te suscitará esta compleja e interesante novela. Simplemente, aparecen tantos temas y cuestiones importantes en El Color Púrpura que podríamos pasarnos años hablando de él. Leerlo solo una vez implica limitarse únicamente a tocar la punta del iceberg.

Incluso con todos los horrores que El Color Púrpura describe, no degenera hasta convertirse en una celebración de la evasión a través de un ideal poco definido del “amor”.

“El Color Púrpura” es un libro profundamente espiritual, pero no te dice lo que tienes que creer y presenta una gran cantidad de aspectos filosóficos y religiosos que te harán reflexionar sin caer en el error de querer adoctrinar a nadie.

La vida no sólo está compuesta por el simbólico rojo de la felicidad absoluta o el azul de la tristeza más profunda, sino que es púrpura, pues es una combinación de ambos sentimientos.

No se puede sino recomendar esta novela a todo el mundo, una y otra vez, como uno de esos libros de obligada lectura que deben disfrutarse varias veces a lo largo de la vida.