Chavela Vargas

Chavela Vargas fue una cantante latina y lesbiana. Cuando llega a México a los 17 años de edad, inicia su carrera cantando en Ciudad de México durante jornadas de día y de noche.

Su camino artístico empieza en tabernas, vestida de forma muy femenina con tacones altos y maquillaje. Aunque de acuerdo con su propio testimonio “no logró nada”. Pues no fue nada fácil para ella comenzar en un país como México.

En la vida nocturna, en medio de cantinas y bebidas, conoció a José Alfredo Jiménez. Un famoso cantante y compositor mexicano de música ranchera, con quien consolidó una profunda y duradera amistad.

También influye en su desarrollo artístico la relación que estableció con artistas famosos de la época. Por ejemplo, actores, escritores y pintores.

Cantó en la boda de Liz Taylor y Mike Todd y esto le abrió un mundo de relaciones. Su primera producción discográfica salió al público en el año 1961. Incluso, se considera que esta fue una primera etapa de su carrera.

Luego, en la década de los 70, Chavela Vargas se retiró del mundo artístico durante un largo período de su vida. Ya que tuvo una adicción alcohólica junto con brotes de violencia que la acompañaban.

Así que se mantuvo en silencio por un período de doce años. Durante este tiempo que estuvo alejada de la escena, estuvo sola en una comunidad indígena en el pueblo de Tepoztlán en el centro-sur de México, en situaciones muchas veces precarias.

Chávela Vargas reaparece en el mundo artístico en los años 90, gracias al apoyo de un amigo que la lleva de nuevo a la escena. Este es el cineasta español Pedro Almodovar que la ayudará a superar la adicción y a reincorporarse en el arte.

Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo compondrán una canción en su honor. Su nombre es “Por el boulevard de los sueños rotos”.

En compañía de Joaquín Sabina compone y canta la conocida pieza “Noche de bodas”, cuya letra refleja una concepción de la vida compartida:

Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel.

Entre ambos artistas hubo desde el inicio de su relación una química especial.

Así Chavela Vargas continuará su fama, llegando a presentarse en París. Y en esta nueva etapa, consolida en definitiva su carrera. Se convertirá en la inolvidable Chavela Vargas.

María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano conocida en el mundo artístico como Chavela Vargas nació en Costa Rica. En San Joaquín de Flores en la Provincia de Heredia.

Tuvo una infancia difícil. Ya que cuando sus padres se divorciaron, la dejaron bajo el cuidado de unos tíos. Pero la sometieron a trabajos muy fuertes para una niña de su edad.

Además sufrió de poliomielitis y de una enfermedad en la vista que casi la deja ciega. Convencida de su inclinación artística e insatisfecha con su vida, parte a México en búsqueda de una vida que le permitiera construir sus sueños.

Al contrario, se vestía un poco masculino. De hecho, en un período de su vida llevaba pistolas en la cintura y una botella de tequila. Se caracterizó por utilizar en sus presentaciones un poncho, de allí su apodo La Dama del Poncho Rojo.

Chavela fue lesbiana. De hecho, tuvo varias relaciones a lo largo de su vida. Si bien no hablaba de ellas en público, tampoco lo ocultaba. En una entrevista ella declara:

 yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme… Mis Dioses me hicieron así…

Su relación con Alicia Pérez culminó debido a un período crítico en la vida de Chavela producto del alcoholismo.

Algunos plantean que su relación con Frida Khalo fue platónica, pero Chavela Vargas vivió un año en la Casa Azul, residencia de Diego de Rivera y Frida y compartió momentos muy especiales con ellos.

Chavela Vargas caracterizada por una personalidad fuerte, vivió siempre a su manera. Dueña de sí misma, disfrutó su sexualidad con libertad y sin ataduras al qué dirán los otros.

No se podría decir que hay una fecha en que salió del armario, pues siempre fue como quiso.

A pesar de los rechazos que tuvo por no cumplir con los modelos femeninos convencionales, se sentía orgullosa de ser mujer. Una de sus frases famosas refleja esto: “qué bonito y que privilegio haber nacido mujer”.