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Cuando agitar la bandera LGTB puede costarte la vida

Tras tres años luchando contra la homofobia, el desarraigo y las heridas de haber estado en prisión. Sarah Haguzy, una activista LGTB egipcia, se suicidó.

Seguro que tu también te has colgado alguna vez la bandera del Orgullo LGTB del cuello, a modo de capa, mientras caminabas por la calle en el desfile del Orgullo de tu ciudad.

A lo mejor nunca pudiste ir al Orgullo, pero decora las paredes de tu cuarto o es una chapa de tu mochila, una pulsera en tu muñeca o una pegatina en tu carpeta.

Nuestra bandera, con los colores del arcoíris, grita al mundo lo orgullosos que estamos de ser lo que somos, reclama por derechos, por justicia e igualdad. Lleva el peso de toda la gente que se ha quedado en el camino, en esta lucha.

¿Te imaginas que te pudieran detener por mostrarla en un concierto?.

La realidad a veces supera a la imaginación. Esta es la historia que voy a contarte.

Sarah Hegazy era el nombre de una chica egipcia de 30 años, militante egipcia de izquierdas, activista LGTB que este pasado domingo, decidió ponerle fin a tres años de acoso y bullying suicidándose.

¿Puedes creer que además de todo esto, pidió perdón por no ser más fuerte?.

¿Su crimen? Agitar la bandera LGTB en un concierto.

Aunque le haya costado muy caro, este acto de valentía quedará escrito en la historia de los derechos LGTB. Ha sido uno de los pocos actos públicos en Egipto donde se ha enseñado con orgullo.

Por ella y por todos los que aún tienen que vivir dentro del armario y por los que se atreven a salir voy a contarte su historia.

Que todo el mundo conozca su nombre. Que todo el mundo sepa cual fue su bandera.

Un concierto, un cantante y una bandera LGTB

El 22 de septiembre de 2017, Sarah asistió a un concierto en el Cairo del famoso grupo Mashrou’ Leila, de origen libanés, cuyo cantante Hamed Zane Sinno es abiertamente gay.

Quizás motivada por eso, por saber que el protagonista de la noche también era homosexual, decidió junto con su amigo y otro grupo de homosexuales, agitar con todas sus fuerzas en aquel multitudinario concierto la bandera del Orgullo LGTB.

Lo hice por mi sexualidad. Soy homosexual. Estaba declarándome a mi misma en una sociedad que odia todo lo que se sale de la norma.

Sarah Hegazy

Al llegar a casa, ella junto a su amigo Ahmed, eufóricos, compartieron en las redes sociales las fotografías de su gesta, pensando que estaban cambiando el mundo.

La gente enloqueció. Detractores y defensores de los chicos empezaron a compartirlas y se volvieron virales.

LGBT Flags At Mashrou' Leila Concert Sparks Debate Across Egypt

Orgullosos de su momento de gloria, no podían imaginarse lo que vendría después. La reacción de la sociedad egipcia superó cualquiera de las pesadillas imaginables.

Fueron los cinco minutos más hermosos de nuestra vida en Egipto

Ahmed (Amigo de Sarah con quien estuvo la noche del concierto).

El país entero se les echó encima. Y Sarah Hegazy fue detenida junto a 75 hombres que también fueron acusados de incitar al libertinaje. Y de cometer actos impuros en la “sagrada tierra de Egipto”.

Esta fue la mayor campaña contra comunidad LGTB realizada por Egipto en las últimas décadas.

Aparecieron en su casa por la mañana, cuestionaron primero su virginidad y la acusaron de no llevar nada cubriéndose la cabeza. Debió de ser una pesadilla para la chica, que aunque se lo esperaba, nunca imaginó que sería así.

La misma Sarah Hagazy detalló la experiencia con todo lujo de detalles:

Sabía que era cuestión de tiempo que vinieran a buscarme. Eran una fuerza militar, de verdad. Un grupo grande de hombres armados que venían a buscar a una mujer.

Si hubieran enviado a un solo oficial, hubiera ido con el de igual forma.

Sara Hegazy.

La sentencia la declaró culpable junto a su amigo Ahmed y al resto de los implicados. Fueron condenados a tres meses de cárcel.

Cuando Sarah Hegazy y su amigo relatan lo vivido, es difícil no sentir un escalofrío en la espalda.

En esos tres meses sufrió castigos muy severos como privación del sueño, descargas eléctricas, vejaciones y abuso sexual por parte de otras reclusas, incitado por la policía y los vigilantes de la prisión.

Repudio nacional y el exilio. El precio de enseñar la bandera LGTB en Egipto

Al salir de prisión todas las puertas se cerraron. Muchos miembros de su familia directamente la repudiaron. A su amigo lo echaron de la universidad que condenó enérgicamente el supuesto crimen.

Sarah, que además era militante política de izquierdas en el partido “Pan y Libertad” buscó apoyo entre sus compañeros de militancia. Intentando encontrar el sostén necesario para quedarse en Egipto y seguir luchando a pesar de todo.

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La misma gente con la que participó en campañas contra el régimen, con la que reclamó libertad para los presos políticos, o con quien apoyó a los artistas callejeros que sometidos a censura eran encarcelados, tampoco la apoyaron.

El partido se limitó a publicar un comunicado sin implicarse mucho, donde no reconocieron ningún tipo de militancia hacia el movimiento LGTB y ni tan siquiera mencionaron el acto con la bandera.

¡Todo sea por no perder votos! ¡No vaya a ser que los confundieran con esos “gais”

Finalmente, los chicos fueron forzados a exiliarse. Ambos entendieron que solo sería cuestión de tiempo, y que en breve el gobierno trataría de volver a encarcelarlos. Así que solicitaron ser refugiados en Canadá.

Sarah Hegazy declaró su intención de volver a su país natal cuando las cosas estuvieran más tranquilas. Aún así, desde Canadá siguió ayudando política y socialmente a las personas desfavorecidas de su país.

Nunca dejó de echar de menos Egipto.

Ser homosexual no es ilegal en Egipto, pero las antiguas leyes son usadas a menudo como excusa para encarcelar y perseguir gente.

Desenlace fatal

Este domingo, el estrés post-traumático de todas las torturas que sufrió en prisión, los años de acoso, el exilio y la añoranza de su país pudieron más y Sarah decidió terminar su viaje, la nota estaba firmada con su nombre.

Amnistía Internacional y su abogado confirmaban su muerte por suicidio.

carta-bandera-Sarah Hegazy

A mis hermanos y hermanas, traté de salvarme a mi misma, pero he fallado. Perdonadme.

A mis amigos: Fue muy duro y yo fui débil para resistir. Perdonadme.

Al mundo: Fuiste inmensamente cruel, pero te perdono.

Sarah Hergazy

Una canción en homenaje a Sarah Hegazy

Hammed Zane Sinno, el vocalista y compositor de las canciones de Mashrou’ Leila, ha aparecido muy afectado en sus redes sociales. Como regalo a esta luchadora, compuso una canción con su carta de despedida.

La puedes encontrar en su perfil de Facebook

A la canción, que ha grabado y cantado él mismo, ha agregado una reflexión y un mensaje de ánimo a toda la comunidad musulmana LGTB, en especial a los jóvenes y a los que viven en el exilio de sus países de origen.

Pasamos la primera parte de nuestras vidas pidiendo aire en nuestras patrias y luego nos vamos a otros países donde nos prometen aire, pero solo descubrimos que nos robaron los pulmones.

Hammed Zane Sinno

A raíz del incidente el grupo ha sido declarado “non grato” en Egipto e incluido en la lista de grupos que tienen prohibición para actuar en el país.

Comparte tu experiencia

¿Has sentido discriminación? ¿Vives en un país donde a pesar de que la ley te ampara el juicio social sigue pesando casi tanto como las leyes? ¿Quieres dedicar unas palabras a Sarah Hegazy?

Quisiera escribir su nombre en la lista de gente inolvidable, para que su esfuerzo, su valentía y su vida haya servido de algo.

Para que nadie más se atreva a decir que “no necesitamos el día de Orgullo Gay”, “que ya lo tenemos todo”.

Muchas gracias Sarah, quedarás siempre en mi memoria. La próxima vez que pasee con mi bandera por la calle, la agitaré también por ti.

Y por todos tus compañeros.

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